Esta mañana me dejé caer justo después del amanecer por uno de mis montes favoritos del Cerrato Palentino, en el cual se suelen ver Corzos y otras especies de pelo. Era una mañana muy tranquila, despejada y con buena temperatura, ideal para sentarme en algún ricón y echarse por encima la red de camuflaje. Hoy no me he llevado el teles para hacer digiscoping, las fotos subidas en este post son con mi cámara compacta.
Por el camino y con las primeras luces pude sorprender varios conejos que tranquilamente andaban haciendo de las suyas.
También subo una foto de uno de los vivares de conejo que me encontré. Si aumentais esta foto vereis en la parte inferior una serie de matrerial vegetal mezclado con pelo, señal inequívoca de presencia de gazapillos en la madriguera.
Así mismo os muestro uno de los puntos utilizados como cagarrutero por los conejos.
Por el camino observo varios Rabilargos y se escuchan Oropendolas, muchos Mirlos comunes que reclaman desde posaderos visibles en alguna rama de las encinas, numerosas Palomas torcaces oidas y vistas, Pinzones vulgares, Mosquiteros papialbos, se escucha una Codorniz, varias Perdices rojas y dos Cucos.
Después de unos 20 minutos cruzando un monte abierto intercalado de sembrados, se llega a una zona muy cerrada de monte bajo de encinas que es la antesala de una valle relativamente profundo y delimitado por laderas de vegetación exuberante de encinas, quejigos, sabinas y enebros con el suelo tapizado de alfombras de gayuba.
En lo más alto de una de estas laderas tomé asiento en el mismo suelo, me eché la red por encima y con la cámara colgada del cuello escudriñaba con mis prismáticos el entorno en busca de algún bicho interesnate.
En el primer barrido detecté un ejemplar de corzo al otro lado del valle y a una distancia de unos 500m en línea recta. Se encontraba comiendo en uno de los claros del monte que estaba sembrado de cereal. La siguiente foto testimonial muestra este cérvido que resultó ser un macho con una cornamenta destacable (en mi foto original con su máxima resolución se aprecia bien la cuerna). En ese lugar permanecio inalterable más de media hora.
Yo sin embargo pasé bajo la red una hora y media, durante la cual no tuve suerte de que nada interesante pasara delante mío, únicamente una pareja de Pardillos comunes se posaron en un matorral a escasa distancia.
De todas formas, debajo de la red, las emociones siempre están aseguradas aunque solo sea con la imaginación, el pensar que en cualquier momento algo va a salir de la maleza y se va a plantar delante de uno, te hace estar con los cinco sentidos siempre en tensión.
Por mi izquierda los ladridos nerviosos de unos perros parecían decirme que habían levantado algún bicho y que sería posible que en la huida se cruzara conmingo. Por mi derecha, los ladridos de alerta de un corzo se escucharon durante unos minutos a unos cientos de metros, pero nada, todo se quedó en el deseo.
Después de hora y media con las piernas entumidas, recogí los bartulos y me eché a andar por el monte.
Frutos de la Sabina albar, muy común en esta zona.
En mi caminar me topé con este nido que tenía cuatro pollos de pocos días de edad. No conseguí ver a los padres para identificar la especie, pero un reclamo regañante e insistente en las inmediaciones del nido, me ha hecho pensar que se pueda tratar de Curruca mirlona, pero no estoy seguro.El nido está implantado en las ramas bajas de una encina.
Por los alrededores he oido y observado varias Tórtolas comunes, al menos 3-4 en la zona donde me senté con la red y otras 4-5 en el resto de la jornada en el mismo monte. Claramente es una zona favorable para esta especie en regresión.
La siguiente foto muestra una de las Tórtolas que desde un visible posadero no paraba de emitir su canto característico e inconfundible.
En otro lugar del monte, otra Tórtola común que salió volando muy rasante desde un pequeño quejigo me dió la pista para encontrar su nido que por el momento contaba con un solo huevo de color blanquecino que la luz le daba un débil tono rosaceo.
En el paseo por las laderas del valle levanté un Corzo que estaba sesteando en una pequeña cama a los piés de un quejigo. La visión fué tan fugaz que no tuve ocasión de tomarle ni una sola foto.
También observé un pequeño grupo de unos 4-5 Rabilargos que se desplazaban de un lado a otro. Todo el rato se escuchaban en los sotos del centro del valle a la Oropéndolas. También muy numerosos los Cucos que llenan el aire con su conocido canto de los cuales he podido ver en vuelo al menos a 4 ejemplares distintos. Se nota que andan muy activos buscando sin parar una víctima a la que parasitar.
Abandonadas ya las laderas del valle, volví a subir al páramo donde está el monte bajo para dirigirme al coche. En esta zona volví a levantar otro Corzo bajo una gran carrasca.
Bajo las piedras del monte es común encontrar Escolopendras como la de la imagen siguiente.
En la parte de flora subo alguna de las flores más significativas de hoy.
Grupo de Gamones en flor (Asphodelus albus).
Los Gamones en flor son una buena opción para fotografiar a los insectos que de manera numerosa se dan cita en sus flores.
- Pequeña avispa
- Mariposa de tonos verdes y blancos libando el nectar del Gamón.
Pequeños escarabajos sobre flor.
Ejemplar de Junquillo azul (Aphyllantes mospeliensis).
Flor de Ojo de Perdiz (Adonis aestivalis).
Una zona donde el monte se abre y se dan cita multitud de rosales silvestres, es el hábitat ideal para el Alcaudón común. En la jornada de hoy una pareja se movía por esta zona, posiblemente sea su territorio de cría.
Ya en las cercanías del coche, un pequeño arroyo de aguas cristalinas me deparó una sorpresa agradable al descubrir en él numeros pececillos que nadaban en la corriente.
En este caso se trataba de Bermejuelas, las cuales he plasmado en la siguiente imagen.
Con esto llego al fin de una jornada de campo emocionante y que me deparó un poco de todo.
Hasta la vista.
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