jueves, 5 de noviembre de 2009

Colores y frutos otoñales del norte

24 de Octubre de 2009:

Llegando el Otoño de verdad, con el frío, las lluvias y las nieblas, suelo dejar a un lado por un tiempo los hábitos de salir al campo a fotografías pájaros y a digiscopear.
Se que por un lado, las cercanas lagunas Palentinas de la Nava y Boada, empiezan a llenarse de vida. Miles de aves, ansares, patos de varias especies, limícolas y otras aves invernantes, sin duda harían las delicias de mi cámara, pero otra atracción más fuerte me hace centrar la atención en el norte de la provincia, en mi querida montaña Palentina y Leonesa, donde ahora los paisajes son espectaculares con las primeras nieves adornando las cumbres y los frondosos bosques de montaña teñidos de infinitas tonalidades.

Me gusta salir a recoger los frutos de otoño como castañas, avellanas y sobre todo setas.
Hace dos fines de semana me di un paseo por la montaña Leonesa cercana a la localidad de Morgovejo y a la Palentina de Guardo.

A continuación os dejo algunas de las fotos típicas de estas fechas que pude sacar en esta jornada.

Tres fotos del entorno de Morgoverjo (León).


Bosque mixto de pino silvestre y roble melojo cercano a Guardo (Palencia).
Contraste de un ya rojizo cerezo silvestre en medio de un bosque de pinos en la montaña Leonesa.
Todos los colores del Melojo en un único instante.
Hojas de arce.
Frutos del serval de cazadores.
Los acebos ya lucen sus preciosas bolitas rojas que harán las delicias de algunos de los habitantes del bosque en los duros meses venideros.
Y por fin las setas, que habían permanecido dormidas hasta ahora y ya pensábamos que este año ni las veríamos.
En la siguiente imagen dos Macrolepiotas comestibles.
En muchos de los prados de montaña se podían ver numerosos champiñones que comenzaban a asomar.
En esta foto dos Agaricus campestris recién salidos.
Detalle de las láminas rosadas características del Campestris. Esta parejita y unos cuantos más acabaron repicando en mi sartén.
A los que les gusta recolectar setas, sabrán que hay muchas especies de champiñones y casi todos comestibles. Uno de los pocos que pueden resultar algo tóxicos o indigestos es este que os muestro en la siguiente foto, el "agaricus xanthodermus". Tenemos la suerte de que este champiñón se distingue bien de otros deliciosos, sobre todo por dos características clave que son su olor a fenol, disolvente o pintura, frente a un olor a almendras del resto de especies comestibles y la segunda clave que es muy significativa, cuando le frotas el pié o el sombrero con el dedo, se tiñe al instante de un amarillo intenso que nos chiva de identidad. Ver en la foto siguiente el detalle de este agaricus donde se puede observar el amarillo del sombrero después de frotarlo.
Saludos y hasta pronto.

2 comentarios:

Jose Angel Alonso dijo...

hola

estoy oliendo las setas en la sarten. jeje

salu2

Claudia Denisse Navas Handal dijo...

Magnificas fotos, buen trabajo, Miguel Ángel