domingo, 22 de noviembre de 2009

Setas comestibles del Cerrato

15 de Noviembre de 2009:

Yo sigo con mi línea de las últimas semanas, disfrutando de las riquezas micológicas que el otoño nos regala en esta temporada tan atípica en lo que a la climatología se refiere. Las pocas lluvias que van cayendo en torno a la ciudad de Palencia y las temperaturas elevadas, están permitiendo la aparición tardía de setas, de las cuales otros años ya nos habríamos despedido.

Hoy elegí quedarme cerca de casa y recorrer algunos de los pinares que salpican la orografía del Cerrato Palentino para buscar algunas de las setas comestibles características de esta comarca y que se alejan un poco de las típicas tan buscadas y conocidas por casi todos.
Aprovechando la luz y los colores de este día, aproveché para hacer una foto desde una de las cuestas cerrateñas que dan vista a la vega del Pisuerga.
Ya en el interior del pinar, no tardé demasiado en dar con una de esas especies de las que he comentado. En este caso se trata del Suillus bellini, conocido por estas tierras como hongo baboso o mocosín debido a la babilla húmeda que suele cubrir su cutícula.
Se trata de una especie que en las guías suele venir marcada como especie de poco interés gastronómico, pero tiene una carne compacta y de buen sabor para acompañar a diferentes guisos. En algunas zonas de España se recolecta con fines comerciales.

Otra especie típica de los pinares del Cerrato es la que os muestro en la siguiente foto. Se trata del Chroogomphus rutilus o pata de perdiz. Esta seta es bastante abundante en los pinares de esta comarca. Es una seta muy fácil de identificar en el campo y que no tiene demasiado parecido con otras especies.
Una vez en casa podemos observar algunas de sus otras características diferenciales como son sus láminas muy decurrentes, su sombrero con mamelón en el centro, su cutícula fácilmente desprendible y su carne de color pardo que al calentarla a la llama o cocinarla se vuelve de color anaranjado o rosa intenso. en la siguiente foto se puede ver una parte del sombrero una vez retirada la cutícula, en el cual la mitad superior ha sido calentada al mechero y ha tomado ese color rosa intenso. La parte inferior no ha sido expuesta a la llama.
Otra característica de la pata de perdiz es el color de su esporada pardo-oliva como se muestra en la foto siguiente.
Para ver como es la esporada de una seta, la podemos dejar un día con el sombrero boca abajo sobre un papel. Al retirar la seta posteriormente, esta habrá dejado el papel sembrado de esporas que nos ayudaran por su color a identificar la especie.

Una especie muy apreciada de esta comarca y de toda España es la Tricholoma Terreum, conocida popularmente como ratón o negrilla.
Su nombre popular lo recibe por el color del sombrero y una serie de fibrillas radiales negras que le dan un aspecto al sombrero como de piel de ratón. En Cataluña es una seta muy buscada y apreciada que se comercializa comúnmente.
Para terminar os enseño a la Hebeloma edurum o seta de pino. Otra de esas setas catalogada como de escaso interés gastronómico, pero en esta comarca en algunos lugares es recolectada en grandes cantidades para conservarla y consumirla después a lo largo del año, cuando la temporada de setas ha pasado.
Es una seta fácil de confundir con otras especies de Hebelomas tóxicas y presenta una cutícula húmeda y algo viscosa de color marrón claro a anaranjado arcilla.
La esporada de esta seta es de color marrón claro un poco anaranjada.
Espero que os haya gustado la entrada.

Hasta la vista.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Mico-jornada en Montaña Palentina

7 de Noviembre de 2009:

El Pasado sábado me encaminé hacia la Montaña Palentina para dar un paseo por esos bosques del norte en busca de setas que fotografiar (es la época y hay que aprovechar antes de que los hielos lo arrasen todo).

De camino a la montaña me detuve en unos prados que conozco donde suelen abundar las setas de cardo (pleurotus eryngii), de las cuales encontré bastantes ejemplares que apuraban la ya escasa humedad del suelo de la lluvia de la semana anterior. Ni que decir tiene que recogí algunos ejemplares para mi deleite posterior en la cocina.
En los mismos prados donde localicé las setas de cardo encontré numerosos corros de bruja de otra seta también comestible y muy apreciada, la seta de brezo (lepista luscina).
Después de disfrutar de las especie anteriores, emprendí de nuevo camino hacia el norte, llegando a la montaña a eso del mediodía, en el justo momento en el que comenzaban a caer unos copos que después fueron aumentando en intensidad hasta dejar el suelo prácticamente cubierto.
En la siguiente imagen capté el instante en el que más nevaba.
Los copos se colaban también entre las copas de un denso pinar por el que me di una vueltecita en busca de algún preciado boletus.
Abundaban las "amanitas muscarias". Esta seta tóxica teñía por doquier de rojo el suelo del bosque.
Me llamaron la atención estos diminutos "coprinus" y no me resistí a inmortalizarlos.
Otra de las setas comestible que encontré y relatívamente abundantes en los pastizales de montaña, fueron ejemplares como esta "macrolepiota rhacodes".
Cuando ya desesperaba, apareció este magnífico "boletus edulis" uno de los cinco grandes en lo que a boletus de calidad se refiere. Da un subidón especial cuando te topas con uno de estos.
Otra especie que poco a poco se va dando a conocer entre los aficionados a la micología y a las setas comestibles es la "tricholoma portentosum" o popularmente conocida por capuchina.
Es una seta que muestra una especie de babilla o mucosa en su sombrero y que a priori podría inducir al rechazo, pero os puedo asegurar que es una seta de muy buena calidad y cada vez más apreciada en la cocina micológica.

Para finalizar os dejo alguna fotillo de otras especies.

"Lycoperdum perlatum"
"Tricholomopsis rutilans".
"Amillaria capnoides".
Saludos y hasta pronto

jueves, 5 de noviembre de 2009

Colores y frutos otoñales del norte

24 de Octubre de 2009:

Llegando el Otoño de verdad, con el frío, las lluvias y las nieblas, suelo dejar a un lado por un tiempo los hábitos de salir al campo a fotografías pájaros y a digiscopear.
Se que por un lado, las cercanas lagunas Palentinas de la Nava y Boada, empiezan a llenarse de vida. Miles de aves, ansares, patos de varias especies, limícolas y otras aves invernantes, sin duda harían las delicias de mi cámara, pero otra atracción más fuerte me hace centrar la atención en el norte de la provincia, en mi querida montaña Palentina y Leonesa, donde ahora los paisajes son espectaculares con las primeras nieves adornando las cumbres y los frondosos bosques de montaña teñidos de infinitas tonalidades.

Me gusta salir a recoger los frutos de otoño como castañas, avellanas y sobre todo setas.
Hace dos fines de semana me di un paseo por la montaña Leonesa cercana a la localidad de Morgovejo y a la Palentina de Guardo.

A continuación os dejo algunas de las fotos típicas de estas fechas que pude sacar en esta jornada.

Tres fotos del entorno de Morgoverjo (León).


Bosque mixto de pino silvestre y roble melojo cercano a Guardo (Palencia).
Contraste de un ya rojizo cerezo silvestre en medio de un bosque de pinos en la montaña Leonesa.
Todos los colores del Melojo en un único instante.
Hojas de arce.
Frutos del serval de cazadores.
Los acebos ya lucen sus preciosas bolitas rojas que harán las delicias de algunos de los habitantes del bosque en los duros meses venideros.
Y por fin las setas, que habían permanecido dormidas hasta ahora y ya pensábamos que este año ni las veríamos.
En la siguiente imagen dos Macrolepiotas comestibles.
En muchos de los prados de montaña se podían ver numerosos champiñones que comenzaban a asomar.
En esta foto dos Agaricus campestris recién salidos.
Detalle de las láminas rosadas características del Campestris. Esta parejita y unos cuantos más acabaron repicando en mi sartén.
A los que les gusta recolectar setas, sabrán que hay muchas especies de champiñones y casi todos comestibles. Uno de los pocos que pueden resultar algo tóxicos o indigestos es este que os muestro en la siguiente foto, el "agaricus xanthodermus". Tenemos la suerte de que este champiñón se distingue bien de otros deliciosos, sobre todo por dos características clave que son su olor a fenol, disolvente o pintura, frente a un olor a almendras del resto de especies comestibles y la segunda clave que es muy significativa, cuando le frotas el pié o el sombrero con el dedo, se tiñe al instante de un amarillo intenso que nos chiva de identidad. Ver en la foto siguiente el detalle de este agaricus donde se puede observar el amarillo del sombrero después de frotarlo.
Saludos y hasta pronto.