15 de Noviembre de 2009:
Yo sigo con mi línea de las últimas semanas, disfrutando de las riquezas micológicas que el otoño nos regala en esta temporada tan atípica en lo que a la climatología se refiere. Las pocas lluvias que van cayendo en torno a la ciudad de Palencia y las temperaturas elevadas, están permitiendo la aparición tardía de setas, de las cuales otros años ya nos habríamos despedido.
Hoy elegí quedarme cerca de casa y recorrer algunos de los pinares que salpican la orografía del Cerrato Palentino para buscar algunas de las setas comestibles características de esta comarca y que se alejan un poco de las típicas tan buscadas y conocidas por casi todos.

Aprovechando la luz y los colores de este día, aproveché para hacer una foto desde una de las cuestas cerrateñas que dan vista a la vega del Pisuerga.

Ya en el interior del pinar, no tardé demasiado en dar con una de esas especies de las que he comentado. En este caso se trata del
Suillus bellini, conocido por estas tierras como hongo baboso o mocosín debido a la babilla húmeda que suele cubrir su cutícula.

Se trata de una especie que en las guías suele venir marcada como especie de poco interés gastronómico, pero tiene una carne compacta y de buen sabor para acompañar a diferentes guisos. En algunas zonas de España se recolecta con fines comerciales.
Otra especie típica de los pinares del Cerrato es la que os muestro en la siguiente foto. Se trata del
Chroogomphus rutilus o pata de perdiz. Esta seta es bastante abundante en los pinares de esta comarca. Es una seta muy fácil de identificar en el campo y que no tiene demasiado parecido con otras especies.

Una vez en casa podemos observar algunas de sus otras características diferenciales como son sus láminas muy decurrentes, su sombrero con mamelón en el centro, su cutícula fácilmente desprendible y su carne de color pardo que al calentarla a la llama o cocinarla se vuelve de color anaranjado o rosa intenso. en la siguiente foto se puede ver una parte del sombrero una vez retirada la cutícula, en el cual la mitad superior ha sido calentada al mechero y ha tomado ese color rosa intenso. La parte inferior no ha sido expuesta a la llama.

Otra característica de la pata de perdiz es el color de su esporada pardo-oliva como se muestra en la foto siguiente.

Para ver como es la esporada de una seta, la podemos dejar un día con el sombrero boca abajo sobre un papel. Al retirar la seta posteriormente, esta habrá dejado el papel sembrado de esporas que nos ayudaran por su color a identificar la especie.
Una especie muy apreciada de esta comarca y de toda España es la
Tricholoma Terreum, conocida popularmente como ratón o negrilla.

Su nombre popular lo recibe por el color del sombrero y una serie de fibrillas radiales negras que le dan un aspecto al sombrero como de piel de ratón. En Cataluña es una seta muy buscada y apreciada que se comercializa comúnmente.

Para terminar os enseño a la
Hebeloma edurum o seta de pino. Otra de esas setas catalogada como de escaso interés gastronómico, pero en esta comarca en algunos lugares es recolectada en grandes cantidades para conservarla y consumirla después a lo largo del año, cuando la temporada de setas ha pasado.

Es una seta fácil de confundir con otras especies de Hebelomas tóxicas y presenta una cutícula húmeda y algo viscosa de color marrón claro a anaranjado arcilla.

La esporada de esta seta es de color marrón claro un poco anaranjada.

Espero que os haya gustado la entrada.
Hasta la vista.